Antes de comenzar a preparar el trabajo para imprenta, lo ideal es contactar al personal de preimpresión para conocer sus requisitos. Por ejemplo, es posible que éstos no deseen que se realicen conversiones a CMYK en ningún momento pues quizás utilizan ajustes específicos de preimpresión. Algunas formas de preparar bien los archivos de imagen y conseguir resultados de impresión predecibles, son:

a) Trabajar siempre en modo RGB y asegurarse de que el archivo de imagen esté etiquetado con un espacio de color basado en RGB. Si el personal de la impresora o de preimpresión utiliza un sistema de gestión de color, se debe poder utilizar el perfil de su archivo para realizar una conversión precisa a CMYK antes de producir la película y las placas de impresión. Al convertir colores RGB a CMYK o de Pantone a CMYK siempre ocurre una degradación de color.1

b) Trabajar en modo RGB hasta que se finalice la edición de la imagen. A continuación, convertir la imagen a CMYK y realizar ajustes de color y tono adicionales. En especial, deben comprobarse las iluminaciones y sombras de la imagen, para realizar las correcciones que sean necesarias.

c) Si se utilizará una impresora de escritorio para previsualizar el aspecto del trabajo impreso final, se debe recordar que este tipo de impresora no puede reproducir fielmente los resultados de una imprenta comercial. Una prueba de color profesional permite tener una previsualización más precisa del trabajo impreso final.

d) No usar colores LAB, ya que junto a los colores indexados, no son válidos para impresión, pues se basan en modelos de colores luz y no de colores pigmento, y su conversión a CMYK significa gran degradación de color.

e) Trabajar con colores directos o planos solamente cuando se haya acordado su uso previamente con el impresor, no usar colores RGB, CMYK o indexados como colores directos.2

f) Atenerse a la gama de colores imprimibles según el sistema que se ha elegido y que éste es capaz de reproducir. Los mismos valores CMYK o RGB no producen los mismos resultados con tintas y papeles diferentes.

g) No usar colores RGB sin haber seleccionado un perfil ICC. Si se envía un archivo RGB sin un perfil ICC definido, realmente lo que se está enviando son colores “teóricos” sin referencia a colores  “concretos”.

h) Al usar imágenes en blanco y negro con colores CMYK, consultar con el impresor. Las imágenes con negro de cuatricromía (rich black) tienen una mayor riqueza de tono que las que son simplemente en blanco y negro, pero son mucho más complicadas de reproducir y se debe saber qué valores otorgarles.

i) El reventado o trapping es compensar los espacios blancos entre colores diferentes, esto es debido a que el papel se mueve a la hora de imprimir. En impresión profesional, el reventado o trapping de los colores es responsabilidad del impresor o del preimpresor, no del diseñador. El reventado de los colores depende completamente del proceso de impresión y no es siempre el mismo. Pero hay riesgos que es mejor evitar: líneas demasiado finas de cuatricromía, textos en blanco sobre fondos de cuatricromía que tengan rasgos finos, textos finos o reducidos de un color sobre su complementario, entre otras cosas.3

j) Trabajar las imágenes siempre en alta resolución, de 200 dpi (dots per inch = puntos por pulgada) hacia arriba para obtener mejores resultados. Una resolución de 300 dpi, es óptima para impresión en alta calidad. Se recomienda siempre consultar las resoluciones adecuadas con el preprensista.

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